
Yo no puedo decir que don Quijote está loco, pero tampoco puedo decir que no esté de la cabeza. Si la definición de la locura es una persona que no actúa con cordura, Alonso Quijano está mal de la cabeza. Entiendo que leyera muchos libros de caballería y que quería vestirse y comportarse como un caballero andante en una época cuando ya no había caballeros. ¿Eso quiere decir que está loco? Creo que está sufriendo de una nostalgia profunda por tiempos que él no vivió y que no existieron jamás. El tipo de caballero andante que quiere ser Alonso Quijano sólo existió entre las páginas de cierto tipo de novela. Es importante, incluso hoy en día, saber distinguir entre el mundo en que vivimos y un mundo donde nos gustaría vivir. Sé que los viajes de la nave estelar Enterprise no son reales y sé que la magia de Harry Potter tampoco es real. Los mundos narrativos de las novelas de ficción sólo existen en yuxtaposición con los nuestros. Los mundos ficticios de Sherlock Holmes, Harry Potter y don Quijote demuestran una cierta verisimilitud que nos atrae, y nos gustaría vivir en un mundo donde se solucionan todos los crímenes, donde puedes hacer magia para solucionar tus problemas, donde puedes rechazar la realidad de una sociedad proto-capitalista, donde puedes rechazar una realidad en la cual todo se basa en el intercambio de dinero y cosas. El mundo que desea don Quijote, que busca don Quijote, jamás existió, pero él no quiere reconocerlo. El resultado es un hombre mayor, muy desilusionado con el mundo que ha heredado, un hombre condenado a la soledad, un hombre sin amigos, sin amores, casi sin familia. No puedo decir que esté loco, pero tampoco está bien. ¿Enfermo mental? Lo dudo, pero sí es un hombre con grandes carencias en su vida personal, y en parte su intento de solucionar esas deficiencias es su nueva identidad de don Quijote de la Mancha.
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